Ungüento

¿Quién de aquellos tendrá la mano como espada
curva, recta, de trazo fino
esperando el rayo Apolíneo
y cortará el enigma tejido en tus ojos?

Verás a muchos pigmentar con palabras el brillo de tu mirada ausente.
De repente otros, con inciertos discursos
navegarán en las contemplaciones diarias de tu atención sin palabras.

Te enfocarán en intentos colmados de catástrofes retóricas
a la salvación virtual.
Será de algunos, tenues de expresión
que penumbren tus ojos por la avidez de papeles con cara.

Y aunque yo no siempre esté en tu mirada
si llenaré tus pupilas de versos cuando un espectro sin nombre
se nos manifieste en las sombras del hombre árbol
en el reflejo de las hadas como nubes.
O en aquella guirnalda habitada por querubines con trompetas y flores a los lados
delineando la silueta y la templanza del Cacique de diciembre.

Y así tus lágrimas devoren en un segundo el matiz de mis trazos
siempre ante los dos aparecerán personajes que revivan edificios enlutados
o animales en su ambiente llenando las copas de las lámparas.
Y mis ojos y tus ojos siempre verán los ojos
encarnados en las grietas de la piedra lunar
y siempre en una cercana pradera aparecerá el señor con cara de pino
ofreciéndonos en las noches un ramo de girasoles.

Por eso olvida las críticas que hagan de nuestra atención elevada
y sigue descubriendo conmigo como todo cobra vida
en las pupilas de los que ignorados están
en la mente de aquellos
que no te saben mirar.

Por Naxas Narat

Deja un comentario

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Subir ↑