GREGUERÍAS

    Una hoja en blanco es la realidad en el vientre de una madre.
    Una fogata es una estrella para otros mundos.
    Los cocos son agua de mar empacada.
    Hablar es transformar la vida en aire.
    El termómetro sube y baja de piso a la temperatura.

Por: Naxas Narat

Todo: Charles Bukowski

Los muertos no necesitan
aspirina o
tristeza
supongo.

pero quizás necesitan
lluvia.
zapatos no
pero un lugar donde
caminar.

cigarrillos no,
nos dicen,
pero un lugar donde
arder.

O nos dicen:
Espacio y un lugar para
volar,
da
igual.

los muertos no me
necesitan.

ni los
vivos.

pero quizás los muertos se necesitan
unos a
otros.

En realidad, quizás necesitan
todo lo que nosotros
necesitamos

y
necesitamos tanto
Si solo supiéramos
que
es.

probablemente
es
todo

y probablemente
todos nosotros moriremos
tratando de
conseguirlo

o moriremos

porque no
lo
conseguimos.

Espero que
cuando yo este muerto
comprendáis

que conseguí
tanto
como
pude.

Las Tesis por una Poesía Abierta:Jean-Clarence Lambert

1. Lo que propongo al poeta: querer, a su vez, correr el riesgo.

2. Somos libres, sí. Debemos materializar esta libertad, usarla.

3. Que la palabra sea un acto – o que la palabra sea de nuevo un acto. La palabra-acto, es el nombre. Integrar en el mundo humano. Al principio era la Palabra – el Verbo – el Lenguaje -. Pero no era el comienzo del mundo: era el comienzo del hombre, el reino del hombre, de la humanización del mundo. ¡Humanización! ¡Mundo!… Estas palabras, justamente, ¡qué usadas están!

4. No aceptar las palabras en uso, las palabras usadas. Desconfiar.

5. Pasar sobre los tabús semánticos. -¿E ir a naufragar en la incomunicabilidad? – El pasaje, cuando tiene lugar, tiene más precio.

6. Que el poeta se instaure como mediador entre el signo y la significación.

7. Lo indefinido: ¡cuántas sorpresas! Lo imprevisible (seamos sinceros): ¡cuántas sorpresas cabe esperar!

8. Revelar, pues (en el sentido fotográfico). Pasar de lo posible a la realidad. De lo que todavía no es a lo que será. Dar realidad – en un sentido bien diferente del «realismo» que se satisface con las evidencias y no busca sino lo que ya ha sido hallado.

9. El peligro – de todo arte experimental: tomar los medios por el fin, la gramática por el libro de texto.

10. Método: Tratar a las palabras como objetos, seres en sí, que son antes de significar. Darles un máximo de presente.

11. ¿Es deseable: palabras sin pasado, ricas de un solo presente, concretizando lo posible?

12. Hay que amar las palabras. Tantos poetas experimentales no hacen sino odiarlas, o burlarse de ellas, ¡o hacerlas sufrir! ¿Pero no es acaso otra manera de amor?

13. Moral personal: No espantarse de lo que otros llaman «gratuidad».

14… Pero pasar de lo que ellos llaman «gratuidad» a lo que nosotros llamamos «significación» es una cuestión de voluntad. Querer significar. Buscar significar. «Tú no me buscarías, si ya no me hubieses encontrado», dice la significación al signo ferviente.

15. Axioma: Nada escapa a la significación.

16. Método: Tratar el lenguaje COMO SI FUESE una realidad autónoma – sin olvidar que no es una realidad autónoma.

17. Empujar el lenguaje hasta sus extremos.

18. ¿Ante quién, ante qué, se siente responsable el poeta? Ante las palabras.

19. Algunas formulas que me han servido alternativamente: POESIA ABIERTA (Demasiado vago, pero, ¡ay!, fácil de retener) POESIA OPERACIONAL (Demasiado pedante, pero bastante justo: el poeta como operador de lenguaje) POESIA DE ACCION (bueno pero incompleto, y tocando sobre todo a la poesía que busca una comunicación directa, que marca su voluntad de participación) POESIA ALEATORIA (honesto pero impreciso). Otros dicen: POESIA CONCRETA, o, más simple todavía, POESIA EXPERIMENTAL. ¿Cuál es la formula que terminará por imponerse? La peor, como de costumbre (el arte gótico). Hace falta una fórmula: la Historia lo exige…

20. Proponiendo «Nada escapa a la significación», no hago más que retomar una idea cara a Kandinsky – me gusta, por otra parte, comparar el estado actual del lenguaje poético con el de la pintura – cuando el gran artista hizo sus primeras «composiciones» abstractas.

21. He tomado ejemplo del arte no-figurativo. La libertad con la que los artistas no-figurativos tratan el mundo de las formas objetivas me ha dado confianza. Cierta música, también: en julio de 1964, una larga discusión con Edgar Varèse, una noche de canícula, en Nueva York, me confirmó en la elección, como hipótesis de trabajo, de una riqueza potencial de lo inexpresado.

22. La poesía es inauguración, no confirmación. Si la palabra es un acto, marca una partida. La poesía debiera ser – debe ser – es – el principio de la Palabra, del Verbo, del Lenguaje.

23. Revuelta y Aventura: los dos movimientos de la poesía de hoy, su doble tarea.
Sublevación contra el uso, el mal uso del lenguaje, el debilitamiento continuo del lenguaje. En el curso más y más acelerado de los años que acabamos de vivir o de heredar, uno de los fenómenos menos discutibles es el del debilitamiento continuo del lenguaje. Nuestro léxico de base se ha transformado en un repertorio de mistificaciones en el que las palabras disfrazan nociones extranjeras a su acepción primitiva y auténtica. En verdad, nos dejamos dominar por las seudopalabras, las antipalabras, es decir la propaganda, bajo todas sus formas – religiosa, política o literaria… La historia de la poesía en Francia, desde el simbolismo, es la de su revuelta contra la entropía del lenguaje.
Simplificando, si se me permite, puede decirse que ha seguido dos líneas principales: una, destinada a preservarla en su ley interna, buscar la recuperación, por formas exigentes, de algunos poderes de los que ella disponía en el momento de su plenitud; la otra, que es el recurso y el abandono a la imagen, la condensación en las palabras de un máximo de significaciones atestiguadas – para salvar a estas palabras de la banalización. En suma, a las antipalabras y a las seudopalabras del lenguaje en crisis, la poesía ha opuesto superpalabras deslumbrantes, pero peligrosas, dado su alejamiento de la «verdadera vida». En cierto modo, la poesía se ha encerrado en su revuelta y su rechazo.
Para poder respirar, desde entonces, toma vuelo, a fuerza de alas, y de estrofas, hacia los grandes espacios jalonados del Mito y de la Historia; o bien, perdiendo aliento, se va a habitar las grietas, las lagunas -he aquí la discontinuidad que tanto irrita en tantos poetas actuales…
Voy a citar el testimonio objetivo de un compositor, Pierre Schaeffer (los poetas, por su parte, se justifican demasiado cómodamente): «Se ha hecho un consumo tan grande de poesía, como de música, desde hace algunas décadas, que el agotamiento del terreno es semejante, y que la poesía agoniza, parece, porque los poetas ya no nos interesan, salvo cuando son inventores.»
Invención, para mí, es sinónimo de aventura…

24. La poesía no es, no ha sido una vez para siempre. Ella se hace (y se deshace) cada día, como la verdad. ¿Cómo, si no, admitir al mismo tiempo a Homero y a Basho, Petrarca y Maiakovski?

25. Adivinanza.

-¿Qué diferencia hay entre una palabra «rarísima», de ésas que ama Saint-John Perse, y una palabra «inventada»? Usted puede, si no la conoce, encontrar el significado de la palabra rarísima en el Littré.
-¿Y si no tiene usted el Littré?… Bueno, le queda la posibilidad de soñar un significado, dejándose llevar por el aspecto «físico» de la palabra, cosa que usted puede hacer con la misma comodidad con la palabra «inventada»… En verdad, la poesía debe forzarnos sin cesar a hacer un uso diferente del lenguaje, y sorprendernos, y provocarnos, ubicándonos, por ejemplo, en ese «desconcierto receptivo» del que hablaba Gassiot- Talabot, a propósito de las sesiones del «Domaine Poétique». Ya no se trata de la rutina insensible de lo cotidiano (una victoria de la poesía: cuando ella obliga a lo cotidiano a dar lo que tiene de mítico).
¿Electrochoque? En la violencia, a veces. Pero puede bastar con un ligero desequilibrio: pienso en el museo Guggenheim de Nueva York, que Frank Lloyd Wright ha concebido como una sola rampa desarrollando sus cinco espirales hasta la planta baja. A causa de la pendiente, cada alto ante cada obra nos obliga a buscar un nuevo equilibrio – y contemplar un cuadro se vuelve un acto objetivamente diferente de la contemplación de la vitrina de una tienda…

26. Parafraseando a este gran aventurero de la música contemporánea (Pierre Schaeffer): «Abrir una brecha en la muralla de la poesía, que nos rodea como una ciudadela». Por mi parte, yo he sentido esta necesidad en dos ocasiones: hacia 1953, y entonces escribí el «Silabario»; después, en 1959, con «Délie». Ambos poemas publicados, ¡en tan pocos ejemplares!, en 1960, bajo el título de «Aléa». ¿En el intervalo? He hecho del lenguaje poético un uso «tradicional», componiendo principalmente poemas líricos que respetaban la sintaxis y la gramática. A veces, germinaban palabras desconocidas, en el rodeo de una estrofa. Yo las acogía con precaución, con placer, también. Queda por decir que durante todo ese tiempo yo no había adquirido la indispensable libertad de espíritu que hace falta para practicar la poesía experimental. Puesto que, debo reconocerlo, la poesía experimental exige un gran desinterés: abstraerse de la mayoría de las pasiones contemporáneas, abdicar de la mayoría de las ambiciones consideradas desde el Romanticismo como consubstanciales a la poesía. Se despertará la vieja acusación del arte por el arte. Sin duda. Pero aquí, el arte por el arte quiere decir el lenguaje por el lenguaje, y yo he repetido suficientemente que no se toca impunemente el lenguaje. El instrumento -la operación-, el operador están unidos orgánicamente, y fatalmente. Modificar uno de los términos, es modificar el conjunto.

27. Si la lengua es instrumento de comunicación, el lenguaje poético es instrumento de investigación y de invención.

28. Que el lenguaje poético sea definitivamente irreductible.

29. Modificando como conviene las fórmulas célebres: La palabra en todos sus estados -La parcialidad de las palabras.

30. El poema como experiencia inmediata.

31. Trabajo del poeta: montar trampas de ser.

32. Suscitar campos semánticos no prescritos.

33. Otra definición: el poeta es un hombre para quien el lenguaje está siempre inacabado, siempre interrumpido, lo mismo que, dependiente del lenguaje, la realidad humana. (Heidegger, Paz).

34. Ampliar – ver ilimitar – el campo del lenguaje.

35. Humildad: el poeta como operador de palabras.

36. Voluntad de azar: el poeta debe marcar un surgimiento de lo imprevisible – en el sentido indicado por Pierre Boulez, cuando afirma: «No hay creación más que en lo imprevisible deviniendo necesidad.»

37. No soy yo quien… 1) «La poesía es un arte del lenguaje» (Valery); «El todo es decir todo, y me faltan palabras» (Eluard).

38. Las palabras más preciosas, para el poeta, son aquellas que tienen «algo que decirnos». Sobre ese «algo» (que no se encuentra generalmente en los repertorios), se juega, en gran parte, el destino del poema.

39. Por un lenguaje, en constante reinvención, hacer retroceder los límites de lo indecible, de lo inexpresable. Domar el Caos, lo Irracional. Triunfar sobre lo Improbable…»Más el mensaje es probable, dice el cibernético Norbert Wiener, menos aporta como información. Los clisés y los lugares comunes, por ejemplo, esclarecen menos que los poemas».

40. Lo surreal, lo inconsciente, no es, en el fondo, nada más que lo innombrable, lo informulado. «Todo está dicho y…» Todo lo contrario: «¡Nada está dicho todavía!… Esto debe ser una certeza. Si no, ¿para qué escribir? ¿¿¿Para colmar aún más nuestras Bibliotecas Nacionales y sus Depósitos ya atiborrados???

41. ¡Suma despreciable, el poema que no es un hecho cumplido!

42. Código preferido a Estilo. El código es el hombre. Cada poema nos propone su código.

Eficacia (o no) de ese código: luchar contra la tendencia entrópica del lenguaje; conservar la energía, es decir el impulso vital (la emoción, etc.), en el poema. Transmitir.

43. He seguido el ejemplo de Kandinsky y la pintura no- figurativa. En la misma época, Stravinsky da, después de Petruchka, la Consagración de la Primavera. Debussy descubría una voluntad de «hacer música con lo que no es música»… Sí, ¡o con lo que no era música hasta entonces!
Leer poesía en lugar de música, y se verá formulado uno de los imperativos que nos conciernen hoy.

44. O bien, este párrafo de la intervención memorable del director de orquesta Ernest Ansermet durante el debate sobre el arte contemporáneo (Rencontres Internationales de Genève, 1948), donde la poesía no tenía nada que proponer (la poesía, muy seguido, está ausente de esas confrontaciones -o, sino, está presente sólo para hacer prueba de conformismo o para exponer ambiciones que le son fundamentalmente heterogéneas: políticas, filosóficas, etc.): «El músico se preocupa menos por realizar una obra que por una nueva manera de hacer, una nueva técnica, un nuevo tipo de objeto; de ahí esa rápida sucesión de formas insólitas, por no decir descabelladas, que han desconcertado tanto al público, y que ya no son tanto proyectos estéticos, como modas.» Antes, Ansermet había dicho: «A juzgar por su comportamiento, es imposible determinar si el compositor ya no sabe cómo hacer, o si no sabe qué más hacer, ni por qué.»
Creo, pensando en la poesía, haber respondido abundantemente a estos puntos de interrogación; en cuanto al resto, suscribo enteramente lo que dice Ansermet, con esta diferencia: conviene invertir los signos, y tener decisivamente por positivo lo que él tiene por negativo… Jugando un poco, haré del final «modas», sustantivo femenino en el texto, y peyorativo, un masculino que podría leerse, debidamente completado: «modos sucesivos de ser». Hay una poesía cada vez que hay una voluntad de ser.

45. Responsabilidad del poeta. Una experiencia no es una excusa.

46. A los poetas: ¡Interrogad a la Esfinge!

47. Una historia completa de la poesía occidental sería la del estallido de las formas, desde el Coup de Dés de Mallarmé hasta Antonin Artaud y Michaux, pasando por el dadaísmo germánico, Tzara, el Futurismo italiano y ruso, y las obras, significativas, bien que en niveles diferentes, de un Pound, de una Gertrude Stein, de un Cummings, de un Joyce, y, por supuesto, Ekelöf y Lindegren. El Surrealismo sigue siendo una etapa capital (La Inmaculada Concepción, etc.).

48. El poema debe realizar -dar realidad, volver real, integrar al mundo humano, instaurar. Movimiento contrario del «realismo», quien toma de la realidad, parte de la realidad dada. Aquí, simple constatación; allá, fundación.

49. ¡Basta de preocupaciones: el sueño es insuficiente; la imagen es insuficiente! ¡Cuánto tiempo desperdiciado por los poetas para demostrar la autenticidad de sus sueños, para justificar las imágenes!

50. Etc..

Noche del infierno: Arthur Rimbaud

Arthur Rimbaud

He bebido un enorme trago de veneno. ¡Bendito tres veces el consejo que ha llegado hasta mí! Me queman las entrañas. La violencia del veneno me retuerce los miembros, me vuelve deforme, me derriba. Me muero de sed, me ahogo, no puedo gritar. ¡Es el infierno, la pena eterna! ¡Ved cómo se alza el fuego! Ardo como es debido. ¡Anda, demonio!
Yo había entrevisto la conversión al bien y a la felicidad, la salvación. ¡Pero cómo describiría mi visión, si el aire del infierno no soporta los himnos! Eran millones de criaturas encantadoras, un suave concierto espiritual, la fuerza y la paz, las nobles ambiciones, ¿qué sé yo?
¡Las nobles ambiciones!
¡Y esto sigue siendo la vida! ¡Si la condenación es eterna! Un hombre que se quiere mutilar está bien condenado, ¿no es así? Yo me creo en el infierno, luego estoy en él. Esto es el catecismo realizado. Soy esclavo de mi bautismo. Padres, habéis hecho mi desgracia y la vuestra. ¡Pobre inocente! El infierno no puede atacar a los paganos. ¡Esto sigue siendo la vida! Más tarde, las delicias de la condenación serán más profundas. Un crimen, pronto, y que caiga yo en la nada, según la ley humana.
¡Pero calla, cállate! … Aquí están la vergüenza, el reproche: Satán que dice que el fuego es innoble, que mi cólera es espantosamente estúpida. ¡Basta! … Son errores que me susurran, magias, perfumes falsos, músicas pueriles. -Y decir que yo poseo la verdad, que veo la justicia: tengo un juicio sano y firme, estoy a punto para la perfección… Orgullo-. La piel del cráneo se me deseca. ¡Piedad! Señor, tengo miedo. ¡Tengo sed, tanta sed! Ah, la infancia, la hierba, la lluvia, el lago sobre las piedras, el claro de luna cuando en el campanario sonaban las doce… a esa hora el diablo está en el campanario. ¡María! ¡Virgen Santa!… Horror de mi estulticia.
Allá lejos, ¿no hay almas honestas que me quieren bien?… Venid… Tengo una almohada sobre la boca y ellas no me oyen, son fantasmas. Además, nadie piensa nunca en los otros. Que no se me acerquen. Es seguro que huelo a chamusquina.
Las alucinaciones son innumerables. Esto es de veras lo que me pasó siempre: ninguna fe en la historia, olvido de todos los principios. Me lo callaré:
Poetas y visionarios se pondrían celosos. Yo soy mil veces más rico, seamos avaros como el mar.
¡Ah, es eso! El reloj de la vida se ha detenido hace un momento. Ya no estoy en el mundo. La teología es seria, el infierno está ciertamente abajo -y el cielo arriba-. Éxtasis, pesadilla, sueño en un nido de llamas.
Cuántas malicias para atender los campos … Satán, Fernando, corre con las semillas silvestres… Jesús camina sobre las zarzas purpúreas, sin doblarlas… Jesús caminaba sobre las aguas irritadas. La linterna nos lo mostró de pie, blanco y las crenchas brunas, en el flanco de una ola de esmeralda …
Voy a descorrer el velo de todos los misterios: misterios religiosos o naturales, muerte, nacimiento, porvenir, pasado, cosmogonía, nada. Yo soy maestro en fantasmagorías.
¡Escuchad! …
¡Yo tengo todos los talentos! Aquí no hay nadie y hay, alguien: no querría derrochar mi tesoro. ¿Queréis cantos negros, danzas de huríes? ¿Queréis que desaparezca, que me hunda en busca del anillo? ¿Lo queréis? Fabricaré oro, medicamentos.
Fiaos en mí, la fe consuela, guía, cura. Venid, todos, hasta los niños pequeños, para que os consuele, para que se prodigue en vosotros su corazón, ¡el corazón maravilloso! ¡Pobres hombres, trabajadores! No pido plegarias; con sólo vuestra confianza, seré feliz.
Y pensemos en mí. Esto hace que añore poco el mundo. Tengo la suerte de no sufrir más. Mi vida fue sólo una serie de dulces locuras, es lamentable.
¡Bah! Hagamos todas las muecas imaginables.
Decididamente, estamos fuera del mundo. No más sonido. Mi tacto desapareció. ¡Ah! mi castillo, mi Sajonia, mi bosque de sauces. Las tardes, las mañanas, las noches, los días… ¡Si estaré cansado!
Yo debería tener un infierno para mi cólera, un infierno para mi orgullo, y el infierno de las caricias; un concierto de infiernos.
Me muero de cansancio. Esto es la tumba, voy hacia los gusanos, ¡horror de los horrores! Satán, farsante, tú quieres disolverme con tus hechizos. Yo reclamo. ¡Yo reclamo un golpe de tridente, una gota de fuego!
¡Ah, subir de nuevo a la vida! ¡Poner los ojos sobre nuestras deformidades! ¡Y ese veneno, ese beso mil veces maldito! ¡Mi flaqueza, la crueldad del mundo! ¡Dios mío, piedad, ocultadme, me siento demasiado mal! Estoy oculto y no lo estoy.
Es el fuego que se alza con su condenado.

Poema Revolución de Gonzalo Arango

 

Una mano
más una mano
no son dos manos
Son manos unidas
Une tu mano
a nuestras manos
para que el mundo
no esté en pocas manos
sino en todas las manos

Gonzalo Arango

Proverbio

«El animal más inteligente de la tierra es el que no ha sido descubierto por el hombre…»

Aleister Crowley: Poemas

EL PENSADOR

¡Ciega agonía del pensamiento! Quien brinda su pluma,
su pincel o su lira al Arte puede comprender en éste
el símbolo de su batalla en contra y a favor
de los hombres, el retrato del atormentado deleite
de su necesidad; se sienta próximo a él
el consumado del pensamiento mágico.
Rodeado por su propio abrazo se sienta; ¡rastrean
los sabuesos invisibles el dolor sobre las hendiduras!
Pronto, pronto estarán sobre él; pronto, los colmillos del odio,
¡los afilados dientes del infinito sobre él!
¿Podrá el amor, o la gloria, o la riqueza, abolir esos tormentos?
¿Qué sirena de voz y pecho dulces podrá conquistarle?
¡Ninguna, estad seguros! Con sereno espanto
el pensador formula la ley eterna.

 

SÓCRATES (EL HOMBRE DE LA NARIZ ROTA)

Perfecta belleza labrada de deformidad,
oh filósofo de la nariz rota, la tuya.
Así como los diamantes, más profundos en el limo azul,
así es el secreto de tu sólida fortuna
resplandor daimónico más allá de moda e importancia
de rasgo atormentado; el espíritu de la virtud relumbra,
el genio y la sabiduría de la divina fuerza
que insufla tu rostro; ¡esplendor!, nada menos.
 
¡Ay! Beberás la cicuta, sufrirás
y morirás por respeto a ti mismo, ¡por amor a los demás!
¿Son hoy los hombres hermanos inseparables?
¿Es mi vida más plácida que la de los griegos?
Los griegos, al menos, me ayudarán en mi arte.
¡Crucificad a Crowley! ¡No, mis amigos!, la pócima.

 

BALZAC

Gigantesco, oscurecido por los misterios del hierro,
embozado, Balzac álzase y mira. El desdén inmenso,
el silencio egipcio, el poder del dolor,
la carcajada de Gargantúa, agitan o acallan la ígnea
estatura del Maestro, vívida. A lo lejos, aterrado,
el aire ensordecedor estremece la piel. En vano
el Maestro de «La Comedia Humana»
oscurece sus profundos ojos, genio iluminado.
 
Epitalamios, canciones de cuna y epitafios
están escritos en el misterio de sus labios.
La triste sabiduría, la insolente ignominia y la agonía sublime
yacen en los pliegues mortuorios de la capa, escarpadas montañas;
y la piedad se oculta en el corazón. El torvo saber estrecha
a la humanidad esencial. Balzac álzase, y ríe.

UMBRAL

El fuego nace del combustible que hace la balanza
Los mándalas llenas las copas de los suelos
Miles de ouroboros esparcen sus anillos al carnaval de luces
La flor de oro abre sus pétalos al caduceo de Hermes
y los hornos solar y lunar vierten sus fluidos dándole forma al cuerno del unicornio.

Todo le fue revelado como un todo
En mil movimientos de ojo por segundo.

Por: Naxas Narat

Pequeño Hombre

«Vi a un hombre en la escalera,
un pequeño hombre que no estaba ahí.
De nuevo, hoy tampoco estaba ahí
¡Agh, ojalá se fuera! «

Carta del Jefe Seattle al presidente de los Estados Unidos

El presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía en 1854 una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Wáshington. A cambio, promete crear una «reservación» para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855.

El Gran Jefe Blanco de Wáshington ha ordenado hacernos saber que nos quiere comprar las tierras. El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de amistad y de buena voluntad. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que poca falta le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego a tomar nuestras tierras. El Gran Jefe Blanco de Wáshington podrá confiar en la palabra del jefe Seattle con la misma certeza que espera el retorno de las estaciones. Como las estrellas inmutables son mis palabras.
¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea extraña.

Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos?

Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de los insectos son sagrados en la memoria y vida de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo la historia del piel roja.

Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra de origen cuando van a caminar entre las estrellas. Nuestros muertos jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el ciervo, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos. Los picos rocosos, los surcos húmedos de las campiñas, el calor del cuerpo del potro y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.

Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco en Wáshington manda decir que desea comprar nuestra tierra, pide mucho de nosotros. El Gran Jefe Blanco dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir satisfechos. Él será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por lo tanto, nosotros vamos a considerar su oferta de comprar nuestra tierra. Pero eso no será fácil. Esta tierra es sagrada para nosotros. Esta agua brillante que se escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es apenas agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus niños que ella es sagrada y que cada reflejo sobre las aguas limpias de los lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo de los ríos es la voz de mis antepasados.

Los ríos son nuestros hermanos, sacian nuestra sed. Los ríos cargan nuestras canoas y alimentan a nuestros niños. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñar a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos, y los suyos también. Por lo tanto, ustedes deberán dar a los ríos la bondad que le dedicarían a cualquier hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres. Para él una porción de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra, pues es un forastero que llega en la noche y extrae de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya la conquistó, prosigue su camino. Deja atrás las tumbas de sus antepasados y no se preocupa. Roba de la tierra aquello que sería de sus hijos y no le importa.

La sepultura de su padre y los derechos de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, a la tierra, a su hermano y al cielo como cosas que puedan ser compradas, saqueadas, vendidas como carneros o adornos coloridos. Su apetito devorará la tierra, dejando atrás solamente un desierto.

Yo no entiendo, nuestras costumbres son diferentes de las suyas. Tal vez sea porque soy un salvaje y no comprendo.

No hay un lugar quieto en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar donde se pueda oír el florecer de las hojas en la primavera o el batir las alas de un insecto. Mas tal vez sea porque soy un hombre salvaje y no comprendo. El ruido parece solamente insultar los oídos.

¿Qué resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o el croar nocturno de las ranas alrededor de un lago?. Yo soy un hombre piel roja y no comprendo. El indio prefiere el suave murmullo del viento encrespando la superficie del lago, y el propio viento, limpio por una lluvia diurna o perfumado por los pinos.

El aire es de mucho valor para el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire -el animal, el árbol, el hombre- todos comparten el mismo soplo. Parece que el hombre blanco no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es insensible al mal olor. Pero si vendemos nuestra tierra al hombre blanco, él debe recordar que el aire es valioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con la vida que mantiene. El viento que dio a nuestros abuelos su primer respiro, también recibió su último suspiro. Si les vendemos nuestra tierra, ustedes deben mantenerla intacta y sagrada, como un lugar donde hasta el mismo hombre blanco pueda saborear el viento azucarado por las flores de los prados.

Por lo tanto, vamos a meditar sobre la oferta de comprar nuestra tierra. Si decidimos aceptar, impondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.

Soy un hombre salvaje y no comprendo ninguna otra forma de actuar. Vi un millar de búfalos pudriéndose en la planicie, abandonados por el hombre blanco que los abatió desde un tren al pasar. Yo soy un hombre salvaje y no comprendo cómo es que el caballo humeante de hierro puede ser más importante que el búfalo, que nosotros sacrificamos solamente para sobrevivir.

¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres. Hay una unión en todo.

Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, digan a sus hijos que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos.

Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas la cosas están relacionadas como la sangre que une una familia. Hay una unión en todo.

Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo.

Incluso el hombre blanco, cuyo Dios camina y habla como él, de amigo a amigo, no puede estar exento del destino común. Es posible que seamos hermanos, a pesar de todo. Veremos. De una cosa estamos seguros que el hombre blanco llegará a descubrir algún día: nuestro Dios es el mismo Dios.

Ustedes podrán pensar que lo poseen, como desean poseer nuestra tierra; pero no es posible, Él es el Dios del hombre, y su compasión es igual para el hombre piel roja como para el hombre piel blanca.

La tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su creador. Los blancos también pasarán; tal vez más rápido que todas las otras tribus. Contaminen sus camas y una noche serán sofocados por sus propios desechos.

Cuando nos despojen de esta tierra, ustedes brillarán intensamente iluminados por la fuerza del Dios que los trajo a estas tierras y por alguna razón especial les dio el dominio sobre la tierra y sobre el hombre piel roja.

Este destino es un misterio para nosotros, pues no comprendemos el que los búfalos sean exterminados, los caballos bravíos sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso sean impregnados del olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruida por hilos de hablar.

¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció.

¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció.

La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.

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